26 julio 2007

Nike en Indonesia: Ropa de marca y falsificaciones

Tengo guardada, por falta de tiempo para comentarla, una noticia que creo interesante: Protestas en Indonesia. Nike cancela su contrato con dos fábricas de calzado deportivo en ese país por problemas de calidad.

Al ser Nike prácticamente el único cliente de las fábricas, éstas tendrán que cerrar. Nike dice que son esas dos fábricas solamente y por problemas específicos de ellas, y que seguirá contratando su producción en Indonesia. Recuerdo que una de las pancartas decía “11 dólares aquí, 100$ en los EE.UU.”.



Hoy vamos a hablar de la cadena de valor de un producto: como las distintas etapas del proceso de producción, desde la materia prima hasta el cliente final, van añadiendo valor (o quizá sólo precio).

Es curioso que las etapas que más valor añaden a un producto son bastante etéreas e inmateriales: básicamente giran en torno a la imagen (marca, presentación, publicidad).
Mientras, las etapas de fabricación propiamente dicha apenas tienen márgenes de beneficios: se rigen por una competencia feroz en costes entre distintas fábricas y países.

En cierta ocasión hice un viaje por el Sudeste asiático y vi en todas las tiendas y mercadillos todo tipo de artículos de marca... falsa, claro. Yo me estaba fijando en material de excursionismo. Había imitaciones bastante burdas: una mochila cuadrada muy simplona que en el mismo puestecillo la tenían con tres o cuatro marcas diferentes, a gusto del comprador.

Pero otras veces vi mochilas de trekking muy técnicas y de buena marca que yo hubiera jurado que eran auténticas: mismo diseño, mismos acabados, idénticos materiales (o al menos me lo parecían)... a precios de salida ya muy bajos, antes del regateo, que por supuesto, allí es poco menos que obligatorio.

Una mochila barata la puede hacer cualquier taller pirata en un rincón de Tailandia o de Vietnam, pero las mochilas buenas requieren maquinaria, materiales un tanto difíciles de conseguir, unos patrones detallados y profesionalidad. Eso no lo hace cualquiera: de hecho, en multitud de ocasiones es la misma fábrica que hace los originales. Compra más material y hace unas series un poco más largas de la cuenta a escondidas de los supervisores de la multinacional. Después, las sacarán de la fábrica a escondidas y las venderán en el mercado paralelo de los mercadillos, a un precio mayor que el que paga la multinacional. ¿Son falsas? Pues es una pregunta difícil, puesto que son indistinguibles de las oficiales y están hechas en el mismo sitio...

En realidad, cuando compramos por 40 dólares una mochila que en nuestro país vale 100, estamos “robando” a varias etapas del proceso: las de marketing y creación de marca, fundamentalmente. Pero estamos pagando mucho mejor a otras: las fábricas locales y toda la cadena de distribución en los mercados del país de origen. Todo eso es dinero que se queda en el país de origen ¿es ético?

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