27 julio 2007

Inflación, IPC y precio de la vivienda

No sé si lo sabían ustedes, pero el hecho es que la subida del precio de la vivienda no se tiene en cuenta a la hora de calcular el IPC, que a su vez determina la subida anual de nuestros sueldos.

¡Esto es un escándalo!, he oído decir ya muchas veces. Y como ustedes saben, yo también considero que la subida de precios de la vivienda es escandalosa y nos perjudica a todos. Pero por una vez, ¡¡voy a estar de acuerdo con el Gobierno!!

De hecho entre los países desarrollados (la OCDE), sólo Australia y Nueva Zelanda incorporan el precio de la vivienda en el IPC. Y la razón por la que los demás no lo hacen, es porque no es un gasto corriente: aunque sea de un importe muy grande, afecta a un muy pequeño porcentaje de la población en un momento dado, y una vez que han comprado cualquier variación de los precios no les vuelve a afectar hasta que no cambien de casa, muchos años después.

Otros (Irlanda) prefieren usar en el cálculo los pagos de caja, lo que las familias propietarias desembolsan cada año, en la hipoteca, fundamentalmente. Pero eso ya no mide la variación del precio de compra, sino sobre todo las variaciones de tipo de interés, el Euribor.

Lo de Inglaterra es realmente curioso: se calcula lo que cuesta poseer la casa como cualquier otro bien, un coche, por ejemplo. Ahí entra la cuota del préstamo, pero también las reparaciones y las posibles depreciaciones (pérdidas de valor, que se consideran como un dinero perdido, un coste).

Tiene su lógica, claro que... un coche siempre se deprecia, pero si la vivienda sube de precio no tenemos depreciaciones, sino apreciaciones. Entonces debemos considerar que no es un coste sino todo lo contrario ¡En Inglaterra, cuando la vivienda sube de precio, paradójicamente el IPC baja!

Las dos alternativas más usadas son: no incluir la vivienda en el cálculo del IPC (España, Francia, el índice armonizado de la UE) o suponer un hipotético coste de alquiler a cada familia propietaria. También tiene su lógica: el dueño de una casa, si vive en ella, deja de ganar lo que hubiera podido cobrar por alquilarla. Pero no es perfecto el método: en definitiva lo que influye son las variaciones del precio de alquiler, no de los precios de venta. Se usa en Alemania, Japón y los Estados Unidos.

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