23 julio 2007

Crecimiento del PIB y bienestar material (II)

Ayer publicábamos un artículo sobre la relación entre el PIB y el bienestar material, en el que prometí explicarlo con un ejemplo. Pero antes, recordemos la definición del PIB:

El Producto Interior Bruto o PIB de un país es el valor monetario total de todos los bienes y servicios que produce en un año.

Una forma de calcularlo es sumar todo lo que se ha comprado en el país: Lo que los ciudadanos han comprado (Consumo Privado), más las Inversiones que han hecho las empresas (maquinaria nueva, por ejemplo), más las compras que haya hecho el Estado (Gasto Público).
Además, le sumamos las exportaciones, que no se han comprado en el país pero sí que se han producido dentro de él, y restamos las importaciones.

PIB = Cprivado + Iprivada + GPúblico + Export -Import

¿Todo claro? Bien, vamos a poner un ejemplo para el se requiere un gran esfuerzo de imaginación. Supongamos, para simplificar, un país completamente imaginario con una economía muy simple: En él, lo único que se producen son viviendas. Mucho, mucho ladrillo. Y como servicios, lo único que hay es un montón de chiringuitos de playa sirviendo cervezas a los turistas.

Ya les dije que esto requiere un gran esfuerzo mental. Si no les ha costado nada imaginarlo, enhorabuena. Tienen ustedes una imaginación portentosa, porque como ya digo, se trata de un país inexistente. Todo parecido con la realidad es pura coincidencia.

Ahora supongamos que en ese país se construyen y venden 10 viviendas a 100.000€ cada una, lo que hacen 1 millón de euros. También, se sirven un millón de cañas de cerveza en los bares, a un euro cada una, lo que hace otro millón de euros.

PIB total del país ese año: 2 millones de euros

Pero he aquí que al año siguiente la vivienda sube una barbaridad: al doble. Se construyen otras 10 viviendas que se venden a 200.000€ cada una. Y por su parte, los dueños de los bares tiran otro millón de cañas, pero suben el precio de la cerveza a 2 euros.

PIB total del país ese año: 4 millones de euros. El doble que el año anterior.

Entonces el presidente, entre vítores y ovaciones de los militantes, anuncia triunfal que el PIB ha crecido un 100%, con lo que el país se pone a la vanguardia de las naciones prósperas del mundo, alcanzando a antiguas superpotencias hoy en decadencia.

Y tú te alegras mucho, aunque no terminas de entender por qué, siendo tan rico, te tienes que hipotecar a 50 años para comprar un minipiso. Y para olvidarlo, te querrías ir al bar a tomarte unas cañas, pero no puedes porque entonces no llegas a fin de mes.

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