28 julio 2007

Hipotecas inversas e hipotecas privadas

Como prometido, seguimos hablando de la vivienda en propiedad y de lo que pasa llegando a la edad de jubilación: nuestros mayores tienen una pensión, que da... para lo que da, que no es mucho. Y todos sabemos que la vejez conlleva gastos médicos a veces muy elevados. Sin embargo, en España los más mayores tienen en su mayoría, un techo, una vivienda propia (¡que no es poca cosa!).

¿Qué pasa si se están pasando apuros económicamente? Pues una solución es la hipoteca inversa, que aunque en España es un concepto reciente debido a la ausencia de normativa hasta hace poco, ya era conocida en otros países.

El funcionamiento es sencillo: la persona mayor percibe una cantidad mensual complementaria a su pensión: se trata de un préstamo que le hace el banco, a un tipo de interés que suele ser fijo, en torno al 5 ó 6%. Cuando el cliente fallezca, habrá que devolver el préstamo más los intereses. Por supuesto, el banco tiene su garantía de cobro: la vivienda, como en cualquier otra hipoteca. Así, tras el fallecimiento, en el momento de devolver el dinero prestado, los herederos deberán decidir entre vender el piso para cancelar completamente la hipoteca o empezar a devolverla, ya como una hipoteca normal, con cuotas mensuales a pagar al banco.

Sinceramente, pienso que es una gran idea. ¿por qué? Por que en esos últimos años de vida de nuestros mayores, pueden obtener un rendimiento doble a la vivienda: es su techo y a la vez es un capital, un dinero que pueden movilizar.

Atención: hay algo que no he dicho: la mayoría de estas hipotecas inversas tienen un plazo de 10 ó 15 años: si el cliente vive más allá del final de ese período, ya no cobrará más mensualidades. Por el contrario... ¡tendrá que empezar a devolver el préstamo!

Esto es así, salvo que se contrate una póliza de seguro de rentas vitalicias, que cubre el tiempo más allá de los 10-15 años de la hipoteca inversa. Pero es una póliza que se contrata al principio, pagando de una sola vez y tiene un coste elevado. Para hacerse una idea, calculen ustedes un 6% del precio de la vivienda a hipotecar. Es algo a tener en cuenta.

Hasta aquí la teoría y las explicaciones. Todo esta información se puede encontrar también en otros sitios. Pero ya sabéis que yo cuando escribo, siempre añado algo de mi propia cosecha: ¿Recuerdan ustedes mi post sobre el interés compuesto y lo rápido que crece una cantidad de dinero cuando tenemos en cuenta los intereses sobre los intereses?

Pues con la hipoteca inversa pasa lo mismo. Si cobramos hoy la primera mensualidad de la hipoteca inversa, y no empezamos a devolver el préstamo hasta dentro de, por ejemplo, quince años, tendremos que devolver esa mensualidad, mas los intereses que nos cobren cada mes, mas los intereses sobre los intereses al siguiente mes, y así sucesivamente. Créanme: la deuda crece sorprendentemente rápido, y por eso ningún banco nos dará más de 10 o 15 años de hipoteca inversa: sencillamente, por esas fechas ya debemos tanto como vale la casa.

¿Qué se puede hacer? Muy poco: el interés compuesto hace crecer las cantidades muy rápidamente. Podemos tratar de negociar con el banco las condiciones y particularmente el tipo de interés para conseguirlo lo más ajustado posible. Pero recordemos que el banco siempre va a ganar dinero con nosotros, no a regalárnoslo.

Y aquí es donde propongo algo no apto para todos los públicos: recordemos que no sólo los bancos pueden hacer hipotecas. Todo el mundo puede conceder préstamos. ¡OJO! Los que se anuncian en los periódicos son pura y simplemente unos vampiros. Ni se os ocurra acercarse: os chuparán la sangre.

Lo que estoy sugiriendo es que sean los familiares (y no tienen por qué ser todos los futuros herederos, incluso puede no serlo ninguno), en definitiva los más desahogados económicamente, quienes hagan una hipoteca privada a un tipo de interés más bajo que el banco.

Todos ganan al ahorrar los costes de intermediación (lo que se lleva el banco). Eso sí, es muy importante que todos los herederos, tanto los que hacen la hipoteca como los que no, tengan muy claro lo que significa eso. Y que se hagan escrupulosamente todos los trámites legales que conlleva la firma de una hipoteca (registro, notario, AJD). El ahorro para todos puede ser de muchos miles de euros.

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