26 diciembre 2008

Si en el mundo no existieran las mujeres

¿Cómo sería el mundo sin las mujeres? Si nos olvidamos del pequeño detalle de que como especie, nos extinguiríamos sin remedio, hay que reconocer que el mundo, y particularmente la economía, serían muy diferentes.

Como todo el mundo sabe, en general los machos de cada especie son más violentos, competitivos y agresivos que las hembras, fundamentalmente porque ellos compiten entre sí para conseguirlas. Pero si no existieran las hembras ¿qué harían los machos humanos? Perderíamos gran parte de esa agresividad y competitividad naturales y el mundo sería muy distinto:

Para empezar, dejaríamos de cuidarnos físicamente para estar atractivos. Sin embargo, puesto que la cerveza y las patatas fritas seguirían estando entre nuestros gustos, el mundo entero sería obeso. Los asientos en autobuses, trenes y aviones tendrían que ser el doble de anchos. La comida light sería declarada ilegal, y las fuentes públicas darían cerveza. La comida con colesterol estaría exenta de IVA.



Desaparecerían los gimnasios. Total, ¿Para qué ibamos a machacarnos en los aparatos de levantar pesas? Desaparecería la comida dietética, también caerían el mundo de la moda y el de la cosmética. Iríamos sin afeitar, en camiseta de tirantes y pantalón raído a todas partes. Las fábricas de perfumes, desodorantes y detergentes quebrarían en un 99%.

El mundo del automóvil sufriría un cambio radical. Sin nadie a quien ligarse, no nos compraríamos descapotables ni deportivos espectaculares. Los coches serían cuadrados, feos y prácticos. Ahora bien, la mecánica nos seguiría gustando. Todas las casas tendrían el garaje convertido en un taller improvisado, lleno de trapos sucios, piezas de repuesto y manchas de grasa. Esta sería la gran ventaja de la desaparición de la mujer: todos podremos dedicarnos a nuestros hobbies sin que nadie nos critique en casa.

El dormitorio sería muy pequeño y austero, sólo para dormir y con una cama (que nadie nos obligaría a hacer cada mañana), y unas perchas en las que colgar nuestras cuatro prendas de ropa.

¿Habría espejo en el cuarto de baño? Quizá uno pequeño en un rincón para poder vernos las legañas por la mañana. Pero lo que es seguro que se extinguirían son los fabricantes de tapas del váter. Ese absurdo e incómodo artilugio desaparecería de todos los WC del mundo.

La cocina podría ser de dos tipos: o bien mínima (un microondas y un congelador para las pizzas precocinadas) o una cocina inmensa, digna de un chef, para los más cocinillas. Al fin y al cabo, cada cual es libre de tener el hobby que prefiera.

La habitación principal de la casa sería sin duda el salón, equipado con un "home cinema" que ocupe la sala entera de pared a pared, y con cómodos sofás para invitar a todos los amigos a ver el fútbol y las pelis y para jugar con la Play. Una nevera llena de cervezas formaría siempre parte del mobiliario de todo salón de estar, y se dispondría de un cuartito de baño anexo, con varios urinarios para aliviarse rápidamente en el descanso de los partidos.

Ya que hablamos de deporte, éste sería muy distinto. Siendo todo el mundo obeso, un partido de fútbol entre 22 gordinflones no podría durar más de 20 minutos divididos en dos tiempos, o podrían morir de asfixia. Aún así, no correrían mucho, y una de las tácticas para avanzar sería echarse al suelo y rodar. Los porteros pararían los penaltis atrapando el balón con los michelines.

Ciertos campos de la actividad humana se desarrollarían extraordinariamente: si posibilidad de ligar de ninguna manera, todo hombre podría dar rienda suelta a su lado más friki, por lo que la tecnología, la informática, la ciencia ficción, los videojuegos y las gafas de pasta alcanzarían un nivel de desarrollo que hoy no podemos ni siquiera imaginar.

Siendo innecesaria la agresividad natural, habría menos guerras de conquista, derivadas del instinto territorial del macho, cuya motivación original era acaparar un área en la que habitasen más hembras. Los tíos seríamos colegas, no rivales, de modo que siempre habría buen rollito entre nosotros. En conjunto, el mundo sería un lugar tranquilo y pacífico, aunque un tanto aburrido. Seguramente por eso, orientaríamos nuestro interés por la ciencia hacia la genética o la robótica, para creación de una compañera que diese "chispa" a la vida.

Inicialmente la diseñaríamos a medida de nuestras necesidades: Curvas prodigiosas que avergonzarían a la muñeca Barbie, sexualidad desinhibida, ausencia de menstruación y de dolores de cabeza. Sería apta para diversas funciones sencillas además del sexo: cocinar, limpiar y planchar la ropa. Por supuesto, sería muda.

Al ser fabricadas a voluntad, no habría disputas entre los hombres: si a un amigo le gusta nuestra chica, le pasamos un CD con el código genético para que se la clone. En el Emule habría todo tipo de modelos para bajarse de internet, porque compartir es bueno.

Pero el ser humano es por naturaleza inquieto: Seguramente tener como compañera a un ser que nos comprendiese y al que pudiésemos comprender, nos acabaría cansando al cabo de un tiempo. Nos sumiríamos en el aburrimiento y la depresión. Para evitar esto, buscaríamos a alguien que nos llevase la contraria, que se enfadase con nosotros y que fuese totalmente incomprensible.

Tendríamos que crear de nuevo a la mujer. No podemos vivir sin ella.

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