08 agosto 2008

Grandes economistas anonimos

Una descripción muy clara del eterno error que se comete cuando todo el mundo llega simultáneamente a la misma conclusión acerca de la decisión más adecuada, pero cada uno cree que sólo él ha llegado a ella y sólo él va a actuar en consecuencia.

Vía burbuja.info, originariamente publicado en el foro de idealista.com, el viernes 08 agosto a las 17:00.


Cuando se acerca una "gran depresión", como ahora, uno de los problemas de dejar la economía y las posibles salidas en manos del intervencionismo de las autoridades y no del mercado es que las autoridades económicas y los dirigentes de los grandes bancos (que forman parte también de la máquina intervencionista) es que son contables de mercería de barrio venidos a más.

La contabilidad de toda una economía no es la contabilidad de una mercería de barrio multiplicada por 20 millones.

El jefe de compras o el ingeniero de desarrollo de una fábrica de paragüeros puede determinar mediante cálculos muy refinados si es mejor económicamente fabricar los paragüeros con chapa de acero, de latón o de aluminio. Cuando realizan estos cálculos consideran el precio de estos metales y su posible evolución futura pero en el cálculo no se incluye la decisión sobre los paragüeros que tomen ellos mismos. No es un sistema realimentado. La decisión sobre con qué fabricar los paragüeros depende del precio de los metales pero el precio de los metales no depende (o es "cuasi independiente") de con qué metal se fabriquen los paragüeros.

Este "cuasi independiente" o el afirmar que este sistema no está realimentado es solo una aproximación práctica. En realidad, si nuestros ingenieros deciden fabricar los paragüeros de aluminio producirán un aumento infinitesimal de la demanda de aluminio y un aumento (muy pequeño) del precio del aluminio. Como este bucle de realimentación es muy débil y su constante muy cercana a cero, puede suponerse (sin olvidarse de que es una aproximación) de que la constante es cero y el bucle no existe. Esto es, a la hora de decidir qué metal comprar podemos suponer que el que decidamos comprar aluminio no encarecerá el aluminio.

Cuando uno de estos microeconomistas asciende y llega a dirigir la economía o la política monetaria de todo un país olvida que el suponer cero esa variable y el suponer que no hay un bucle de realimentación era solo una aproximación y pretende que aumentar en 500 millones de toneladas el consumo de aluminio no cambiará el precio del aluminio porque su experiencia le dice que el precio del aluminio no cambia cuando uno decide consumirlo.

De esta forma, los jefes de gestión de riesgos de los bancos, que no son más que contables de sucursal de barrio venidos a más, calculan en sus modelos los riesgos de cada crédito y los colchones de seguridad, mediante la relación entre el valor del crédito y el valor del activo que se utiliza como colateral.

El crédito, por ejemplo, no debe superar el 80% del valor del colateral (el piso que garantiza la devolución del crédito) . Este valor del piso (o en general de cualquier activo) lo calculan multiplicando una constante que depende del piso (de lo moderno, céntrico o grande que sea) por una especie de "nivel ambiental de precios". Este nivel "ambiental de precios" viene a ser como el precio del aluminio en el ejemplo anterior, una variable independiente y "ambiental" que indica si la vivienda está cara o barata o si está subiendo o bajan do de precios.

Los banqueros toman sus decisiones de crédito en función del "riesgo ambiental" que calculan y calculan ese "riesgo ambiental" en función del "nivel ambiental de precios". A un ciudadano a un pequeño empresario puede servirle este esquema no realimentado pero a un banquero o al sector financiero como un todo no le sirve porque en ese caso no puede despreciarse la realimentación.

El "nivel ambiental de precios" de los activos depende del volumen de crédito emitido por los bancos que a su vez depende del riesgo percibido por los banqueros. Si los banqueros perciben que sus créditos no están bien sustentados porque el precio de los pisos desciende cerrarán el grifo de nuevo crédito para protegerse pero al cerrar todos ellos a la vez el grifo del crédito empujarán a la baja los precios de los activos lo que incrementará su riesgo, no lo reducirá.

Los banqueros no sólo son afectados por el nivel general de precios de los activos sino que ellos con sus decisiones influyen fuertemente en ese nivel general de precios. Cuando deciden protegerse frente al riesgo crediticio están agravando ese riesgo crediticio. Cuando deciden acaparar cash debido a la sequía de liquidez están empeorando la sequía de liquidez. Cuando compran materia primas para protegerse del aumento de precio de las materias primas están agravando el incremento de los precios de las materias primas.

Solo un libre mercado (y en concreto los especuladores (los genuinos no los oportunistas) de ese libre mercado) pueden manejar de forma estable estos sistemas que por ser realimentados son fuertemente no-lineales.

Los patanes que dirigen nuestros bancos y organismos públicos ignoran que su manga ancha crediticia fue la que redujo artificialmente el nivel de "riesgo ambiental" (disparó el precio de los activos) y de la misma manera también ignoran que su recientemente adquirido rigor en la concesión de créditos para protegerse del mayor riesgo será lo que incrementará ese riesgo del que intentan, tarde y mal, de protegerse.

Están perplejos porque sus esfuerzos por aumentar "el colchón" solo consigue reducir "el colchón".

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