31 octubre 2008

Como evitar la recesion (I)

Traduzco un extracto de un artículo de The Economist, que me pareció interesante. Dada su longitud, lo dividiré en varias secciones.


Enfrentados a la recesión, los encargados de formular políticas económicas en las naciones ricas están estudiando la manera de evitar una prolongada depresión.

He aquí hay algunas opciones y algunos obstáculos

La deuda ha pasado de moda, lo que se lleva hoy día es el dinero líquido. Las instituciones financieras tienen dificultades para que nadie, excepto el estado les preste dinero, y a su vez son reacias a prestar a nadie. Las empresas, conscientes de que el crédito es escaso, se están esforzando por aumentar sus reservas de efectivo. Ya han agotado sus inventarios y se recorta la inversión y el empleo. Las familias cuyas casas valen menos que sus hipotecas debe ahorrar al máximo para reducir sus deudas. Los que no pueden con las cuotas de la hipoteca acabarán con sus casas embargadas, causando más problemas para los bancos y, al causar una bajada de precios de la vivienda, problemas también para otros propietarios.

Hace apenas unos meses, la principal preocupación de los encargados de formular políticas en muchas economías era, ante los disparatados precios del petróleo y otros productos básicos, cómo contener la inflación. Sin embargo, ante el pánico a la deuda y la sed de dinero en efectivo, llamada "desapalancamiento", causan un derrumbe de la demanda. Ahora, los bancos centrales y los gobiernos se enfrentan a una nueva serie de preguntas. En primer lugar, ¿Deben permitir que el desapalancamiento cobre fuerza y desbarate sus economías? Y en segundo lugar, ¿Serán suficientes las herramientas convencionales de política macroeconómica: reducción de los tipos de interés, reducción de impuestos y aumento del gasto público?

La respuesta habitual a una caída de la demanda es utilizar la política monetaria: reducir las tasas de interés y aumentar la oferta de dinero. Tipos de interés más bajos estimulan el gasto, al desincentivar el ahorro. Los bancos pueden pedir prestado al banco central más dinero a un costo menor, y en consecuencia se suelen ofrecer más y más baratos los préstamos a las empresas y los hogares, por nuevos equipos, edificios y bienes de consumo, o para cubrir gastos de funcionamiento.

Los bancos centrales son poderosos porque tienen el control de la "base monetaria". Esto incluye los billetes y monedas en carteras, bolsos, dinero en efectivo para gastos menores y guardado en cajas, además de las reservas de efectivo que los bancos comerciales tienen con el banco central. Cuando los tipos de interés se reducen, el costo de poseer dinero baja, y más dinero en circulación significa más gasto.

Un impulso a las reservas de los bancos tiene una relación menos directa, pero por lo general mayor efecto. Así como los individuos llevan dinero en efectivo para cubrir gastos incidentales, los bancos tienen reservas para cubrir los retiros de efectivo, pagos de cheques y transferencias bancarias. Por lo tanto, las reservas de los bancos importan porque son la base para otras definiciones más amplias de los tipos de dinero: cuentas corrientes, depósitos a plazo y así sucesivamente. Dado que cada día sólo se tocan una pequeña minoría de depósitos, los bancos pueden permitirse tener sólo una fracción de ellos en reserva. La relación entre las definiciones amplia y estricta de dinero se conoce como el "multiplicador del dinero".

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