03 agosto 2007

Los seguros y la responsabilidad civil

No, no me he ido de vacaciones este mes. Al menos no del todo, porque no puedo dejar pasar esta noticia sin comentarla: Sin amigos ni indemnización se ha quedado la mujer que perdió el equilibrio al tropezar con un juguete en casa de unos amigos y les demandó por lesiones.

La sentencia inicial de la Audiencia Provincial de Valencia condenó a la aseguradora a pagar 26.000 euros a la mujer al considerar que "los anfitriones asumen la posición de garantes de la seguridad de sus invitados", mientras que el Supremo ahora la deniega porque "no toda desgracia determina necesariamente que alguien deba responder de ella ya que la vida comporta riesgos por sí misma".

Vaya por delante que yo no me creo ni media palabra, y para mí esto es clarísimamente un chanchullo de la mujer y sus amigos (que lo siguen siendo) para sacarle la pasta a la compañía aseguradora. Pero a lo que íbamos: Menos mal que yo he tirado por las carreras de Ciencias. De haber estudiado Derecho, me habría vuelto loco: La Audiencia de Valencia y el Supremo discuten a estas alturas de la vida de temas filosóficos.

Pues si aún no hay una doctrina clara al respecto nos arriesgamos a que cada reclamación al seguro se convierta en una disputa filosófica sobre la culpa o la responsabilidad individual. En los Estados Unidos (donde paradójicamente la libertad y la responsabilidad individual son la esencia de su ser nacional), los jueces lo tienen muy claro: siempre hay un culpable y se endosa una indemnización millonaria a su aseguradora. Es famosa la mujer que consiguió una indemnización millonaria de McDonalds, al quemarse los labios con el café caliente... Mira que no avisar de que el café es una bebida que se sirve caliente, qué gente más mala hay por el mundo. Pobrecita mujer. Desde entonces en McDonalds lo ponen por escrito en todos los vasos.

De seguir por el camino de los USA ¿a qué nos lleva esto? Pues a que empresas y particulares se vean en la necesidad de contratar voluminosas pólizas de seguro, por que si no, a ver quien es el guapo que paga semejantes indemnizaciones. Por supuesto, si las indemnizaciones son tan caras, la aseguradora nos pasará ese coste a los que suscribamos la póliza. Un coste fijo más a añadir a la lista. Esto ya es una preocupación en los Estados Unidos, y se han hecho llamamientos a la moderación desde nada menos que la Casa Blanca.

¿Por qué? Pues porque es un gasto absurdo, y la cadena de demandantes, abogados, jueces y finalmente la aseguradora que te cubre un riesgo tan innecesario constituyen una estructura parasitaria que chupa recursos de las actividades verdaderamente productivas.

En fin, un aplauso para el Tribunal Supremo. Y ustedes miren donde pisan, no vayamos a tener un disgusto.

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